Nací el 12 de agosto de 1993, a las 8:15 a.m., e irónicamente soy una pésima madrugadora.
Soy hija de dos de esas personas que en las instituciones educativas se dedican a hacerte la vida imposible o, simplemente, te hacen quitar los audífonos en clase. Comúnmente se les conoce como profesores.
Con tres años y a causa de mi necedad, adquirí una quemadura de tercer grado en mi cuello y pecho. Estando más pequeña, detestaba tener aquella marca en mi cuerpo, porque me alejaba de los demás. Hoy, a pesar de ser bastante antiestética, la considero parte de mí, es eso que me hace diferente al resto de la gente y que me enseñó que no tengo que ser igual a nadie para ser feliz, tanto así, que si en este momento tuviera la oportunidad de quitármela, no lo haría.
De niña solía ser una estudiante muy dedicada, pero con el paso de los años, entendí que la vida tiene muchas facetas y decidí dedicarme más a algunas de ellas que al mismo colegio.
Siempre me han dicho que estoy loca. No lo sé. Si estar loco es dedicarte a vivir la vida sin importar lo que dicten los cánones sociales o lo que digan los demás, entonces sí, estoy loca.
Desde pequeña he sido rockera; soy hija de un hippie, era de esperarse, supongo. Es una pasión que al día de hoy poseo y que me ha dado muy buenos momentos, entre ellos, que una de mis bandas favoritas me dedicara una canción en un reconocido festival musical de la ciudad.
‘’Festival Internacional Altavoz presenta: Al D-Tal’’. El 15 de octubre del año pasado, la mencionada banda, me hizo uno de los mayores honores que he tenido en mi corta existencia: dedicarme la canción suya que más me gusta. ¿Qué se siente? Es una sensación única y un orgullo inmenso. Pocas personas se graban en el corazón de las personas fácilmente, esta banda, con semejante gesto, lo hizo en el mío.
Y al final, sólo puedo decir que lo más importante que ha sucedido en mi vida son esos detalles diarios que me hacen sonreír.
Sonríe, píntate la cara como un gato y has reír a alguien. Quizá, al final de mi paso por este mundo, eso sea lo mejor que quede de mi vida, el recuerdo de una sonrisa o el sonido de un corazón que late.
‘’La vida es una obra de teatro que no permite ensayos… Por eso, canta, ríe, baila y vive intensamente cada momento de tu vida, antes de que el telón baje y la obra termine sin aplausos.’’
- Charles Chaplin.
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